viernes, 13 de diciembre de 2013

Historia



La introducción de la electricidad para el uso doméstico fue llevada a cabo a principios de la década de 1880 por el famoso inventor y empresario Thomas Alva Edison. Mediante pequeñas centrales eléctricas iluminaba calles y hogares de pequeñas zonas de Nueva York. Sin embargo, la gran fortuna que Edison generó mediante el uso de la corriente continua empezó a tambalearse en 1888 cuando comenzó a desarrollarse una tecnología muy superior basada en la corriente alterna.
Edison no se quedó con los brazos cruzados y lanzó una de las campañas más violentas que se recuerdan para desprestigiar a su rival, el serbio Nikola Tesla.
Tesla llegaba con una carta de recomendación del gran inventor Chales Batchelor que decía: “Querido Edison: conozco a dos grandes hombres y usted es uno de ellos. El otro es este joven”…y esto a Edison ya empezó a no gustarle.
Sus ideas eran brillantes pero necesitaba el apoyo de Edison para llevar a cabo el desarrollo de la corriente alterna. Edison vio claramente el futuro de esta nueva tecnología pero había invertido tanto dinero en el desarrollo de la corriente continua que se negaba a darle la razón a Tesla.
Después de casi un año en el que Tesla proporcionó patentes a Edison, este último decide no pagarle los 50.000 dólares prometidos al principio alegando que se trataba de una broma y diciéndole, literalmente: “Cuando llegues a ser un norteamericano cabal, estarás en condiciones de apreciar una buena broma yanqui”…Es más, también se negó a subirle el sueldo a 25 dólares semana …y despertó a la fiera balcánica.
Tesla continuó con sus revolucionarias ideas para desarrollar la corriente alterna que le permitían no solo transmitir la electricidad a tensiones muy elevadas y a mayor distancia, sino con una eficacia muy superior y empleando hilos más finos que los que usaba Edison con su corriente continua. Además, al tender cables más finos se necesitaba menos cobre y menos estaciones por lo que la corriente alterna era mucho más económica.
Curiosamente, este inventor serbio, un tipo excéntrico donde los haya, llegó a Estados Unidos en 1884 con 28 años después de trabajar en compañías eléctricas y telefónicas europeas para trabajar junto a Edison.
Rápidamente Tesla vendió sus patentes al inventor y empresario George Westinghouse, que comenzó a vender la corriente alterna de forma tan agresiva que el “bueno” de Edison vio como su imperio se desmoronaba inició el contraataque…y de qué forma.
La peligrosa instalación de algunas líneas llevó a que ocurrieran algunos desgraciados accidentes. Esto lo aprovechó Edison que, con un gran dominio de las técnicas de marketing y manipulación, confundió a la opinión pública que desconocía los principios fundamentales de la “nueva electricidad”. Titulares periodísticos como “Nuevo cadáver en los cables” alarmaron a la población…y apareció el cuarto implicado en esta historia.
Harold Brown, antiguo trabajador de Edison, puso en marcha un horripilante programa de experimentos y demostraciones para apoyar la corriente continua de Edison y desprestigiar las ideas de Tesla…atentos.
En primer lugar electrocutó a diversos perros con corriente continua demostrando que sobrevivían a tal disparate…y luego hizo lo mismo con corriente alterna…hasta matarlos.
Como el susodicho no estaba contento con los resultados obtenidos dio un siguiente paso. Torturó un perro de Terranova con leves chispazos de corriente continua y luego lo remató con corriente alterna…sí, lo que han leído.
Pero Harold Brown fue más allá. Electrocutaba caballos, terneros, todo le valía para echar por tierra las ideas de Tesla…o mejor dicho, para asegurar la fortuna de Edison…y la suya.
Y llegó una de los momentos más negros en la historia de la ciencia. El 6 de agosto de 1890, Brown empleó una silla eléctrica, que hacía uso de un generador Westinghouse que había adquirido ilegalmente, para ejecutar al asesino William Kemmler. En un espectáculo terrible se necesitaron dos intentos para darle muerte. De esta forma Brown volvía a presentar la corriente alterna como un peligro para la sociedad.
Aunque no se lo crean, aun hay más. En 1903 la “Guerra de las Corrientes” se cobró su última víctima; Topsy, una elefanta de mal carácter que había matado a dos cuidadores en Texas y a otro en Brooklyn cuando intentaba introducirle un cigarrillo en la boca…En pleno delirio Edison se mostró voluntario para sacrificar a Topsy empleando la corriente alterna.
Le dio a comer a la elefanta medio kilo de zanahorias cargadas de cianuro, le rodeó las patas de cobre y le sacudió una descarga de 6.6000 voltios. No se oyó ningún ruido. Topsy cayó sin pronunciar ni un lamento…y el “bueno” de Edison, para mostrar al mundo la efectividad de su método…lo rodó en un vídeo y se lo enseñó a todo el país.
Pero todos estos terribles ensayos para demostrar la inoperancia de las teorías de Tesla fueron inútiles…la corriente alterna era muy superior a la continua en todos sus aspectos…y el combate tuvo un claro vencedor.
En 1893 se inauguraba la Feria Mundial de Chicago. Las empresas que quisieran hacerse cargo de la iluminación tenían que presentar sus propuestas. Se presentaron dos grandes candidatas: Westinghouse, con las tecnologías inventadas por Tesla, y General Electric, recién creada compañía que controlaba las patentes de Edison…no hubo color.
Cuando Westinghouse presentó un presupuesto por la mitad de lo que pedía General Electric la obra le fue adjudicada, y Tesla pudo exhibir sus generadores, dínamos y motores.
El 1 de Mayo de 1893, el presidente estadounidense Stephen Grover Cleveland encendió 100.000 bombillas alimentadas básicamente con corriente alterna.
General Electric admitió la derrota y en 1896 solicitó la licencia de la patentes de Westinghouse…sobran los comentarios….las ideas de Tesla habían triunfado…la “Guerra de las Corrientes” tenía un claro ganador.
Más tarde, cuando se trató de construir la central del Niágara, la guerra de las corrientes pareció recrudecer, pero el contrato volvió a ser para Westinghouse en cuanto una autoridad científica como Lord Kelvin optó por la tecnología de Tesla.
Según distintas fuentes, en 1912 hubo intención de otorgar conjuntamente, un Premio Nobel a Thomas Alva Edison, y a Nikola Tesla. Tesla se negó a ser asociado con Edison en el premio, y en vez de a ellos, el Nobel de Física fue concebido a un inventor sueco de menor medida.
A Tesla se le recuerda hoy en día por sus teorías de la investigación e ideas extravagantes. Tras vender sus patentes sobre la corriente alterna a Westinghouse y ayudar a la empresa a construir su infraestructura, Tesla se centró en investigar el extraño mundo de la electricidad de altas tensiones.
Llego a dominar tanto la nueva tecnología que logró pasar grandes corrientes por su cuerpo sin efectos secundarios dando lugar a efectos espectaculares que le granjearon la fama de “Mago de la electricidad”.
La desgracia de Tesla tuvo un último episodio. En los siguientes años de su trayectoria científica, el científico europeo se dedicó a investigar con las ondas de radio y las altas frecuencias… En esos años eran varios los investigadores que intentaban controlar esas ondas de radio que había descubierto Hertz, desde el ruso Alexander Popov hasta el italiano Guglielmo Marconi.
Fue este último quien en 1901 logró transmitir una señal a través del Canal de la Mancha utilizando para “su invento”17 patentes de Tesla…y en 1911 la Academia sueca le dio el Premio Nobel a… ¡¡Marconi!!.
A pesar de que en 1943 la corte suprema de los EEUU reconoció el descubrimiento a Tesla, Marconi pasa a la historia como el gran inventor de la radio…y con un Premio Nobel en su poder…
Debido a su personalidad excéntrica y a sus afirmaciones aparentemente increíbles y algunas veces inverosímiles, acerca del posible desarrollo de innovaciones científicas y tecnológicas, Tesla fue finalmente relegado al ostracismo y considerado un científico loco.
En 1943 Tesla murió empobrecido y hasta después de fallecer la polémica le persiguió. Su legado científico fue requisado por el gobierno estadounidense y muchos de sus papeles están clasificados como secretos…¡¡qué grande Nikola Tesla!!.
Una última reflexión personal. El aprovecharse del desconocimiento de la gente ante las nuevas tecnologías y, por tanto, de sus miedos y temores, para conseguir objetivos personales es un hecho que se repite constantemente a lo largo de la historia. Sin embargo, y como repetía noche tras noche el mítico periodista deportivo José María García…“El tiempo es el único juez insobornable que da y quita razones y, al final, pone a cada uno en su sitio”

http://www.youtube.com/watch?v=azslIxs9LCk

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