Centrales fotovoltaicas
Se denomina energía solar fotovoltaica
a la obtención de energía eléctrica a través de paneles fotovoltaicos. Los
paneles, módulos o colectores fotovoltaicos están formados por dispositivos
semiconductores tipo diodo que, al recibir radiación solar, se excitan y
provocan saltos electrónicos, generando una pequeña diferencia de potencial en
sus extremos. El acoplamiento en serie de varios de estos fotodiodos permite la
obtención de voltajes mayores en configuraciones muy sencillas y aptas para
alimentar pequeños dispositivos electrónicos. A mayor escala, la corriente
eléctrica continua que proporcionan los paneles fotovoltaicos se puede
transformar en corriente alterna e inyectar en la red eléctrica. Alemania es en
la actualidad el segundo productor mundial de energía solar fotovoltaica tras
Japón, con cerca de 5 millones de metros cuadrados de colectores de sol, aunque
sólo representa el 0,03% de su producción energética total. La venta de paneles
fotovoltaicos ha crecido en el mundo al ritmo anual del 20% en la década de los
noventa. En la Unión Europea el crecimiento medio anual es del 30%, y Alemania
tiene el 80% de la potencia instalada de la Unión.3
Los principales problemas de este
tipo de energía son su elevado coste en comparación con los otros métodos, la
necesidad de extensiones grandes de territorio que se sustraen de otros usos,
la competencia del principal material con el que se construyen con otros usos
(el sílice es el principal componente de los circuitos integrados), o su
dependencia con las condiciones climatológicas. Este último problema hace que
sean necesarios sistemas de almacenamiento de energía para que la potencia
generada en un momento determinado, pueda usarse cuando se solicite su consumo.
Se están estudiando sistemas como el almacenamiento cinético, bombeo de agua a
presas elevadas, almacenamiento químico, entre otros.
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